sábado, 23 de mayo de 2009

Savia Nueva - Canción por un continente

Yo soy del sur,
del continente americano,
traigo en mi voz,
la canción de mis hermanos.

Gente que va,
con la mirada hacia el futuro,
sabiendo que,
las fronteras no son muros.

Yo soy del sur,
pero mi cielo es continente,
es mí latir,
un corazón siempre de frente.

Que al palpitar,
mezcla la sangre repartida,
y en su caudal,
navega el río de la vida.

No es mí país,
una frontera de tristezas,
es Uruguay,
un pueblo firme en la firmeza.

Su paso va,
junto a los pueblos que caminan,
su herida es,
la misma herida en la Argentina.

Grita en Brasil,
por las favelas doloridas,
y en su dolor,
un paraguay que no se ¡olvida!

Quiere al subir,
alzar el puño de Bolivia,
hasta encontrar,
la luz que en chile lo ilumina.

Dice el Perú,
bandera pueblo en las alturas,
y el ecuador,
pueblo volcán que ya madura.

Sangre café,
desde Colombia lo desvela,
y al norte,
juntando fuerza en Venezuela.

En Panamá,
brinda con aguas rescatadas,
para cantar,
con Nicaragua su alborada.

El Salvador,
grita el clamor de su demanda,
y en su canción,
la voz de Honduras siempre canta.

Al navegar,
busca esperanza en las Antillas,
continental,
descubre el sol en Costa Rica.

Busca al mirar,
un horizonte en Guatemala,
México está,
en su palabra solidaria.

Viene del mar,
hacia el Caribe pueblo duro,
para ganar,
la flor de Cuba en su futuro.

Yo soy del sur,
pero mi pueblo es continente.

Latinoamérica es mi ¡país!

Savia Nueva - Yo te nombro

Por el pájaro enjaulado,
por el pez en la pecera,
por mi amigo que esta preso,
porque ha dicho lo que piensa.

Por las flores arrancadas,
por la hierba pisoteada,
por lo árboles podados,
por los cuerpos torturados.

Yo te nombro ¡libertad!

Por los dientes apretados,
por la rabia contenida,
por el humo en la garganta,
por las bocas que no cantan.

Por el beso clandestino,
por el verso censurado,
por los miles de exiliados,
por los nombres prohibidos.

Yo te nombro ¡libertad!

Te nombro en nombre de todos,
por tu nombre verdadero,
te nombro y cuando obscurece,
cuando ya nadie me ¡ve!

Escribo tu ¡nombre!,
en las paredes de mi ciudad.
Escribo tu ¡nombre!,
en las paredes de mi ciudad.

Tu nombre verdadero,
tu nombre y otros nombres,
que no nombro por temor.

Por la idea perseguida,
por los golpes recibidos,
por aquel que no resiste,
por aquellos que se esconden.

Por el miedo que te tienen,
por tus pasos que vigilan,
por la forma que te atacan,
por los hijos que te matan.
Yo te nombro ¡libertad!

Por las tierras invadidas,
por los pueblos conquistados,
por la gente sometida,
por los hombres explotados.

Por los muertos en la hoguera,
por el justo ajusticiado,
por el reo asesinado,
por los juegos apagados.

Yo te nombro ¡libertad!

Te nombro en nombre de todos,
por tu nombre verdadero,
te nombro y cuando obscurece,
cuando ya nadie me ¡ve!

Escribo tu ¡nombre!,
en las paredes de mi ciudad.
Escribo tu ¡nombre!,
en las paredes de mi ciudad.

Tu nombre verdadero,
tu nombre y otros nombres,
que no nombro por temor.

Por el pájaro enjaulado,
por el pez en la pecera,
por mi amigo que esta preso,
porque ha dicho lo que piensa.

Por las flores arrancadas,
por la hierba pisoteada,
por lo árboles podados,
por los cuerpos torturados.

Yo te nombro ¡¡libertad!!

Rumipamba


El parque arqueológico y ecológico Rumipamba se encuentra localizado en el sector noroccidental de la ciudad de Quito, entre las avenidas Occidental, América y Mariana de Jesús. Cubre un área de 32 hectáreas donde se ha encontrado, a partir del año 2001, gran cantidad de evidencias aborígenes de tiempos prehispánicos, especialmente de carácter arquitectónico. Se encuentra atravesado por una quebrada del mismo nombre que se origina en los flancos occidentales del volcán Pichincha.

Rumipamba es un emplazamiento cuyos vestigios corresponden a diversos periodos arqueológicos muy tempranos: El Formativo Tardío (1500 A.C. a 500 A.C.) por la evidencia de restos cerámicos de esta filiación. El denominado de “Desarrollo Regional” (500 A.C. a 500 D.C.) caracterizado por la presencia de tumbas y asocia do a fragmentos de de platos trípodes perforados. La evidencia del período de Integración (500 D.C. a 1500 D. C.) está compuesta por restos de aldeas cuyas viviendas han sido construidas en barro con techumbre de paja y rodeadas por muros de piedra. De este período hay evidencia de tumbas poco profundas, ubicadas muy cerca de las estructuras habitacionales, con ajuares cerámicos que nos dicen de sus costumbres funerarias.


La cerámica que más abunda en este sitio corresponde al período de integración.
Vasijas con engobe rojo pulido simple con escasa decoración. Asociadas a éstas se han encontrado vasijas tipo “cáscara de huevo”, de filiación con la cultura Panzaleo.

Las dataciones obtenidas ubican la ocupación tardía entre el año 600 y el 900 D.C. Seguramente, la ocupación de este lugar no fue continua. Debió haberse interrumpido por las erupciones volcánicas, especialmente las del Pululahua y las del Guagua Pichincha, que destruyeron varias viviendas del sitio.


La alta densidad de piedras facilitó la elaboración de instrumentos: buriles, martillos, pulidores. La abundante presencia de metales evidencia una dieta basada en la preparación de granos.

La flora del parque Rumipamba está compuesta por ciertas especies de árboles, endémicas y representativas del bosque andino: pumamaqui, arrayán, llinllín. En menor escala, existen plantas medicinales como el llantén, manzanilla, orégano o matico. Plantar ornamentales como taxo, orquídeas y helechos. Frutales como uvilla y mora silvestre. Existen, en total, 36 especies nativas, 15 introducidas y 3 endémicas. Es una rica microflora, aún subsistente dentro del casco urbano.


A nivel de fauna existen conejos silvestres, ratones de campo y lagartijas. Entre las aves, colibríes, gavilanes, tórtolas, tangaras e incluso, la rara presencia de aves migratorias que aparecen especialmente durante el verano.

El Municipio de Quito, a través del FONSAL, ha puesto especial énfasis en la recuperación del patrimonio cultural vinculado a períodos de nuestra historia muy anteriores a la presencia de los españoles, incluso de los incas, en el territorio quiteño. La investigación y puesta en valor del patrimonio arqueológico del Distrito Metropolitano está arrojando nueva luz sobre los rasgos de identidad de nuestro pasado remoto.

La Historia del Comic en el Ecuador

En nuestro país, el Comic empezó a tomar fuerza en los últimos años del siglo pasado, a continuación, un recorrido por la historia de las historietas producidas en el Ecuador.
En el año de 1989 Marcelo Ferder {NPI}, Javier Bonilla {BONIL}, Juan Lorenzo Barragán {AZUCA} y Hugo Hidrovo {ELUGO} lanzan en la galería Pomaire el número uno de “Secreciones del Mojigato”; con un tiraje de1000 ejemplares, selección de historieta negra ecuatoriana recogiendo una serie de trabajos algo inmaduros pero a la vez bastante atrevidos para ese momento.
Entre 1989 y1990, al mando de Eduardo Villacís {el Bicho}, en una acción al pleno estilo de un buen Okupa, se toman las páginas centrales de la recordada revista de rock Traffic, dónde populariza al editor Dock Tirres y las aventuras de la T mutante. En estas historias ricas en humor y desarrollo de personajes se exhibe la sagacidad de Villacís en la elaboración de guiones y creación de personajes delirantes.

Para el año de1991 Eduardo Villacís capitanea un taller de experimentación de las artes secuenciales, junto a Edgar Castellanos {Mamá Vudú} y Wilo, creando el primer proyecto serio y altamente elaborado llamado (TIMO), siglas del Transinfinit International Metafisic Organization, un compendio de obras que siendo escritas y dibujadas por diversos autores interactuaban y compartían mundos paralelos y cordones umbilicales. Esta obra no pudo llegar al papel por lo denso del material y el miedo de los editores a la censura por el calibre de los contenidos.
J.D. Santibáñez emprende empresa desde Guayaquil creando una serie de tres números de Ficcionica, en 1992, teniendo una aceptable respuesta del público lector del puerto y de buscadores de cómics del resto del país, una historia ambientada en el puerto de Guayaquil en un futuro cercano, historias bastante llenas de adrenalina y suspenso al mejor estilo guayaco.
BONIL, Javier Bonilla para 1993, luego de una importante trayectoria en diferentes medios de información como caricaturista político, desenvaina su primer libro de cómics Privatofalia, una obra crítica acerca del proceso de privatización que sufren los países en “vías de desarrollo”.

Para el año de 1995 luego del problema con el vecino país del Perú, Wilo presenta un proyecto editorial a un diario nacional para la publicación de una serie de cómics sobre el absurdo de la guerra y es obviamente rechazado por los medios en esos momentos. Tras luchar continuamente durante un año, con unos cuantos ahorros y el apoyo de la Casa de la Cultura núcleo Tungurahua, consigue lanzar su primer libro de cómics, en septiembre del 96, “LA LINEA, bestiario de una guerra” una obra donde recoge caricaturas, cómics y grafittis que nacieron en momentos de guerra.
A fines de 1997, entra en la palestra de los cómics EL WEBO, por iniciativa de Alfredo Chávez {Tancre} y Wilo, la primera revista virtual de arte secuencial ecuatoriana, con el firme propósito de registrar en una memoria todos los movimientos que se perciben a nivel nacional y exponer las nuevas obras de la historieta ecuatoriana.
En Marzo de 1998 aparece el primer número de la revista XOX editada por ADN Montalvo, Carlos Sánchez Montoya, Jorge Gómez y Catalina Ayala en un intento válido por promover la tira en el medio.

lunes, 18 de mayo de 2009

La importancia de la caricatura


Hay que tener en cuenta que cuando escribimos, lo que hacemos es dibujar. La letra es un dibujo, unos símbolos que se traducen en lenguaje. Y el dibujante también utiliza símbolos para formar un lenguaje, aunque tenga otro aspecto. Es como una especie de esperanto, el dibujo sería el esperanto, la esperanza en un mundo comprensible para todos. Son los símbolos de un lenguaje universal, que todo el mundo reconoce. Lo más importante es que no existan las barreras del idioma, que no existan las razas, ni la división del mundo. El dibujo es una especial vía de expresión común a todos los hombres.

Xavier Bonilla, “Bonil”


Este es Xavier Bonilla, conocido como Bonil, personaje que vive en “Un mundo hecho de humor gráfico”, considerado como uno de los caricaturistas más representativos del Ecuador y América Latina, por su profesionalismo y la manera de mirar para representar con rasgos la realidad política del Ecuador, Sociólogo que sin ser Periodista lo defiende a capa y espada.

Javier Bonilla. “Bonil”, es un conocido caricaturista y esa virtud considera que el humor no tiene que “necesariamente” llevar a la ciudadanía a la reflexión. “La función del humor es múltiple, en la política actual el Presidente Correa remeda a varios de sus contrincantes como una forma de ridiculizarlos y generar simpatías”.

A decir de Bonil, los candidatos tendrían que aprender a “absorber” esas representaciones para evitar sus efectos, lo cual exige una gran madurez sicológica y que exista una importante distancia emocional entre lo comprometido y la víctima de la broma.

Para Bonil es difícil recordar a un político que haya aprendido a utilizar las bromas en su contra como un elemento a favor. No obstante, al menos con su presencia en los programas cómicos los candidatos dejan claro que harían cualquier cosa con tal de alcanzar los votos. Todo: hasta el ridículo.

Entrevista: “Bonil” dibuja como le da la gana

De porte atlético (anunció que para la entrevista hará, como siempre, el duro ejercicio de bañarse), informal, nervioso y fumador, es más beige que lo que era su padre, el célebre “Negro” Bonilla, uno de los mejores humoristas ecuatorianos, que integró el equipo de los Picapiedra en el diario El Tiempo.

En medio de la conversación más seria suelta sus frases chispeantes sin siquiera pestañear y, hasta que el interlocutor se dé cuenta de que le está tomando del pelo, Bonil ya está en otra cosa. Ahora anda con un nuevo libro suyo bajo el brazo, en el que recopila algunos de los dibujos publicados durante sus ocho años de permanencia en el “El Universo”, donde combate todos los días en la trinchera del humorismo gráfico. El libro se llama, por eso, La columna de Bonil.

– Hasta ahora ¿cuántos libros, Bonil?

Este es el quinto. El primero, de 1988, fue Siempre pa´lante, que recopiló mis primeros dibujos. Luego Venimos de lejos, a propósito de los 500 años del descubrimiento de América. En 1998, Privatefalia, una metáfora sobre las privatizaciones. Y tengo uno inédito, Amor se escribe con h.

– ¿A dibujar comenzaste en tu infancia?

Me acuerdo que dibujaba en las paredes, igual que todos los niños.
–Los niños malcriados serán, porque la pared y la muralla...
¡No! Los niños malcriados se orinan en las paredes. Yo solo dibujaba.

– ¿Eso era dónde?

En Quito, en la casa de La Floresta.

– ¿De la pared, a dónde fuiste?

A la revista Cambio, cuando tenía 17 años. El culpable fue mi hermano mayor.

– ¿Cómo así?

Vino un día y me dijo ¡te conseguí trabajo! Él siempre me estaba motivando, estimulando. Por ese trabajo me pagaban mil sucres, que era bastante para un muchacho de colegio.

– ¿De Cambio hacia dónde te cambiaste?

A la revista Nueva, cuando cumplí 21 años.

– ¿Y luego?

A Hoy, un diario al que tengo un afecto muy especial porque yo diría que ahí me hice. Fue un espacio de mucha confianza, de mucha libertad. En ese entonces tenía 23 años y ahí me dieron un lugar para que un joven como yo se expresara con desparpajo. Que me publicaran en un periódico de circulación masiva era bastante.

– ¿Por último, El Universo?

Nunca pensé que iba a hacer un dibujo diario, algo que me parecía desgastante porque mi matiz era el humor político general. Cuando entré a El Universo me tocó aprender a dibujar caras, lo cual ha sido un problema... dibujar a los descarados esos.

– ¿De niño leías cómics? ¿De dónde te salió esa afición por dibujar?

Más que el dibujo, lo que me marcó fue la experiencia de mi papá, los libros y revistas que trajo de Francia y España, con ese humor social propio de los años 70. A mí siempre me atrajo el humor como un acto contestatario, como un cuestionamiento, como una actitud crítica.

– ¿Que también venía de tu papá?

Totalmente.

– ¿Cómo era el ambiente de tu casa? ¿Flotaba un aire intelectual?

Mi papá era periodista, político, y un padre ausente, como muchos. Pero me acuerdo que, cuando la familia salía de paseo, nos hacía concursos entre mis hermanos para ver quién sabía el significado de tal palabra y cosas así. Se preocupaba porque hiciéramos los deberes y ejercicios para mejorar la memoria. Cuando murió, me marcó su ausencia definitiva. Yo tenía 12 años. Él tenía metido en la cabeza esto del humorismo como un arma, una herramienta potente. ¡Yo le creí!

– ¿A esa edad, tenías noción de qué clase de periodista era tu padre?

Lo que me acuerdo es de los berrinches que le daban cuando Carlos de la Torre, el director de El Tiempo, le recortaba algún artículo. Y también me acuerdo cuando estuvo, durante la dictadura de Rodríguez Lara, escondido durante una semana en la Universidad Católica, bajo la protección del padre Hernán Malo. No iba a dormir a la casa. Ahora, no sé si estaba perseguido por Rodríguez Lara o por mi mamá. Al pasar los años ya estoy dudando si habrá sido por motivos políticos, porque da para sospechar... Otra vez le cogieron preso porque al ver a Bombita salir del Palacio gritó: “¡Viva Rodríguez Lara, abajo el sentido común!” Le metieron en una alcantarilla de la cocina del Palacio y cuando, tras algunas gestiones de mi mamá, lo rescataron, mi papá pidió que no se dijera nada de eso a nadie, pero al final la noticia se filtró.
Bueno, mi papá hacía un periodismo crítico, pero siempre a través del humor, que le traía problemas y creo que también eso me marcó.

– ¿Una familia que es proclive al humor?

De lado de Bonilla son así, medio alhajas.

Xavier Bonilla, “Bonil”


Un país, una caricatura y un mensaje; este es el concepto que ha caracterizado a Xavier Bonilla, “Bonil”, este Sociólogo, que ha dedicado 23 años de su vida a la caricatura política, merced humorística heredada de su padre, Gonzalo Bonilla, quien escribía la columna de humor político “Los Picapiedras”, en un diario de circulación nacional.

Bonil dio sus primeros pasos en caricatura, a los 17 años, gracias a su hermano que le consiguió trabajo en la Revista Cambio para que dibuje caricatura política; pero empezó formalmente a los 21 años en Diario Hoy, cuando le publicaron la primera caricatura en prensa escrita llamada “La Bisagra”, parodia gráfica que apareció en la sección “Cajón de Sastre” de Juan Cueva, y que para Bonilla se convierte en la más representativa de su vida profesional, por ser “ella” la “primogénita”.

Cada día, Xavier toma sus armas de trabajo la plumilla, pincel, estilógrafo y su gran sentido del humor que no lo deja para nada, e inicia la búsqueda “oler” el día y la coyuntura para partir de ella y trabajar una idea; “…Busco recrear humorísticamente (…) expresar una sátira, reformular las cosas desde el humorismo”, dice el caricaturista de Diario El Universo, que al tiempo también responde que lo más difícil de satirizar son a las mujeres “por que lo tienen a raya” y las caricaturas sin palabras.

Según Xavier Bonilla, la primera vez que ha caricaturizado, con sátira y con líneas exageradas fue gracias a su modelo… si al que murió en el intento… al vestidito de militar, al que dice que otra vez voten por la tres, a Lucio Gutiérrez, personaje al que Bonil siempre le puso rasgos físicos cacareados, picosos y que fueron observados como simbología, y que gracias a ello Bonil se convirtió en uno más de los Forajidos y con lápiz y cacerola en mano.