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domingo, 2 de agosto de 2009

Los textos informativos – guía de escritura y estilo - María del Carmen Grillo

El texto de María del Carmen Grillo titulado Los textos informativos, guía de escritura y estilo se caracteriza porque a de transmitir, sin el menor equívoco, conceptos, datos, informaciones nuevas, en un texto que produce un saber. El texto se determina por los rasgos propios de los argumentos que organizan los acontecimientos y producen conocimiento. La autora combina la prosa de base explicativa, la narración o relato de hechos y la descripción, o representación de objetos: el acto de informar, debe describir, identificar y calificar hechos, narrar acontecimientos y proporcionar los motivos de esos hechos y sucesos. Aunque sin restringir la noción de lo informativo a lo periodístico, en el texto se encontrará numerosos ejemplos y contraejemplos tomados de la prensa, así como consideraciones sobre el estilo periodístico y la redacción de títulos y párrafos de inicio y cierre.

La obra de Carmen Grillo se divide en dos capítulos, los mismos que ayudaran a quienes se inician en la escritura, pero aquellos que deseen respuestas prácticas y sugerencias para escribir mejor también las encontrarán. En el Capítulo I llamado, “Consideraciones teórico-prácticas sobre la escritura”, se desarrollan las secciones sobre los rasgos de los textos informativos y el planteo del proceso de los problemas o los aspectos que se plantea quien escribe pensando en su lector, en sus conocimientos, en las circunstancias de producción y recepción, así como sobre sus párrafos de inicio y de cierre; las formas de citar, la presentación del impreso y una lectura lineal de cada tema, expuesto monográficamente.

El Capítulo II llamado, “Repertorio de dudas frecuentes” registra en forma alfabética voces y temas que dan orientación a las dudas lingüísticas, además de una lectura segmentada, con cada unidad de registro, lo que convierte en útil compañero de redacción y composición de textos de todo tipo.

Para la autora es fundamental manifestar que todo texto informativo trae sus instrucciones de interpretación, sugerencias y estímulos para producir otros, porque experimentamos el modelo que ofrece. Por otra parte la estructura acumulativa se percibe mejor en textos informativos de cierta extensión: el escritor no ha evaluado antes cómo organizar la información y la dispone sucesivamente, a medida que la recuerda.

En un texto informativo no se desaprovecha ninguna línea; cada uno contiene datos, presentados con concisión. Como una propiedad semántica de los textos, la coherencia depende del dominio del contenido, del conocimiento del monto de información necesario para el lector, del conocimiento de la clase de texto y de la situación. Si el texto informativo tiene alguna secuencia instruccional, los verbos deben mantenerse en una misma forma: en infinitivo, o en subjetivo, pero no pueden mezclarse caóticamente.

Un texto es coherente cuando los contenidos que desarrolla son pertinentes, organizados y cuando guarda una cierta relación con el universo referido o representado y con el contexto. En cambio un texto tiene cohesión cuando permiten establecer conexiones entre las unidades que componen un texto, además es una propiedad superficial, de la expresión sintáctica, oracional, que consiste en que las unidades lingüísticas o sintagmas se encadenan en unidades mayores y establecen relaciones.

Las primeras palabras de todo un texto son una señal poderosa para el lector; orientan sobre el género y el verosímil esperable, presentan el tema, ambientan un texto, incluso pueden desconcertar porque parecen la réplica o la comunicación de algo ya dicho. Es frecuente que algunos inicios de texto funcionen como expresiones de formulario. Es importante también que en la introducción se registren el propósito, el tema y su importancia y finalmente realizar una descripción metodológica. En las entradas se responden a las preguntas que permiten dar cuenta del hecho: el ¿Qué? ¿Quién? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué? De esta manera las entradas pueden tener una cita directa o indirecta, breve, e inmediatamente atribuida.

Por otro lado el cierre de un texto debe seguirse sencillamente, sin artilugios; el escritor remata una historia, recapitula la idea central de su exposición, enuncia una imagen o impresión general en una descripción o perfil y concluye lógicamente una argumentación. Está por demás manifestar que el cierre de un texto no termine por desfallecimiento, sino que se reserve algún dato, aunque no sustancial, para cerrar.

Para finalizar, el texto de María del Carmen Grillo, nos muestra que la escritura sólo puede desarrollarse escribiendo permanentemente, y esta escritura se alimenta de escritura y lectura diarias. Ante todo, es necesario un plan de escritura, en el que se consideran el total del tiempo disponible, el tono o nivel del escrito, correlativos del destinatario previsto y la extensión; la recolección de información; el análisis y la organización de las ideas propias y la planificación del contenido del escrito; la redacción, la revisión, y cada palabra que escribimos determina en parte las elecciones que podamos hacer después.