En nuestro país, el Comic empezó a tomar fuerza en los últimos años del siglo pasado, a continuación, un recorrido por la historia de las historietas producidas en el Ecuador.
En el año de 1989 Marcelo Ferder {NPI}, Javier Bonilla {BONIL}, Juan Lorenzo Barragán {AZUCA} y Hugo Hidrovo {ELUGO} lanzan en la galería Pomaire el número uno de “Secreciones del Mojigato”; con un tiraje de1000 ejemplares, selección de historieta negra ecuatoriana recogiendo una serie de trabajos algo inmaduros pero a la vez bastante atrevidos para ese momento.
Entre 1989 y1990, al mando de Eduardo Villacís {el Bicho}, en una acción al pleno estilo de un buen Okupa, se toman las páginas centrales de la recordada revista de rock Traffic, dónde populariza al editor Dock Tirres y las aventuras de la T mutante. En estas historias ricas en humor y desarrollo de personajes se exhibe la sagacidad de Villacís en la elaboración de guiones y creación de personajes delirantes.
Para el año de1991 Eduardo Villacís capitanea un taller de experimentación de las artes secuenciales, junto a Edgar Castellanos {Mamá Vudú} y Wilo, creando el primer proyecto serio y altamente elaborado llamado (TIMO), siglas del Transinfinit International Metafisic Organization, un compendio de obras que siendo escritas y dibujadas por diversos autores interactuaban y compartían mundos paralelos y cordones umbilicales. Esta obra no pudo llegar al papel por lo denso del material y el miedo de los editores a la censura por el calibre de los contenidos.
J.D. Santibáñez emprende empresa desde Guayaquil creando una serie de tres números de Ficcionica, en 1992, teniendo una aceptable respuesta del público lector del puerto y de buscadores de cómics del resto del país, una historia ambientada en el puerto de Guayaquil en un futuro cercano, historias bastante llenas de adrenalina y suspenso al mejor estilo guayaco.
BONIL, Javier Bonilla para 1993, luego de una importante trayectoria en diferentes medios de información como caricaturista político, desenvaina su primer libro de cómics Privatofalia, una obra crítica acerca del proceso de privatización que sufren los países en “vías de desarrollo”.
Para el año de 1995 luego del problema con el vecino país del Perú, Wilo presenta un proyecto editorial a un diario nacional para la publicación de una serie de cómics sobre el absurdo de la guerra y es obviamente rechazado por los medios en esos momentos. Tras luchar continuamente durante un año, con unos cuantos ahorros y el apoyo de la Casa de la Cultura núcleo Tungurahua, consigue lanzar su primer libro de cómics, en septiembre del 96, “LA LINEA, bestiario de una guerra” una obra donde recoge caricaturas, cómics y grafittis que nacieron en momentos de guerra.
A fines de 1997, entra en la palestra de los cómics EL WEBO, por iniciativa de Alfredo Chávez {Tancre} y Wilo, la primera revista virtual de arte secuencial ecuatoriana, con el firme propósito de registrar en una memoria todos los movimientos que se perciben a nivel nacional y exponer las nuevas obras de la historieta ecuatoriana.
En Marzo de 1998 aparece el primer número de la revista XOX editada por ADN Montalvo, Carlos Sánchez Montoya, Jorge Gómez y Catalina Ayala en un intento válido por promover la tira en el medio.
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