sábado, 23 de mayo de 2009

Rumipamba


El parque arqueológico y ecológico Rumipamba se encuentra localizado en el sector noroccidental de la ciudad de Quito, entre las avenidas Occidental, América y Mariana de Jesús. Cubre un área de 32 hectáreas donde se ha encontrado, a partir del año 2001, gran cantidad de evidencias aborígenes de tiempos prehispánicos, especialmente de carácter arquitectónico. Se encuentra atravesado por una quebrada del mismo nombre que se origina en los flancos occidentales del volcán Pichincha.

Rumipamba es un emplazamiento cuyos vestigios corresponden a diversos periodos arqueológicos muy tempranos: El Formativo Tardío (1500 A.C. a 500 A.C.) por la evidencia de restos cerámicos de esta filiación. El denominado de “Desarrollo Regional” (500 A.C. a 500 D.C.) caracterizado por la presencia de tumbas y asocia do a fragmentos de de platos trípodes perforados. La evidencia del período de Integración (500 D.C. a 1500 D. C.) está compuesta por restos de aldeas cuyas viviendas han sido construidas en barro con techumbre de paja y rodeadas por muros de piedra. De este período hay evidencia de tumbas poco profundas, ubicadas muy cerca de las estructuras habitacionales, con ajuares cerámicos que nos dicen de sus costumbres funerarias.


La cerámica que más abunda en este sitio corresponde al período de integración.
Vasijas con engobe rojo pulido simple con escasa decoración. Asociadas a éstas se han encontrado vasijas tipo “cáscara de huevo”, de filiación con la cultura Panzaleo.

Las dataciones obtenidas ubican la ocupación tardía entre el año 600 y el 900 D.C. Seguramente, la ocupación de este lugar no fue continua. Debió haberse interrumpido por las erupciones volcánicas, especialmente las del Pululahua y las del Guagua Pichincha, que destruyeron varias viviendas del sitio.


La alta densidad de piedras facilitó la elaboración de instrumentos: buriles, martillos, pulidores. La abundante presencia de metales evidencia una dieta basada en la preparación de granos.

La flora del parque Rumipamba está compuesta por ciertas especies de árboles, endémicas y representativas del bosque andino: pumamaqui, arrayán, llinllín. En menor escala, existen plantas medicinales como el llantén, manzanilla, orégano o matico. Plantar ornamentales como taxo, orquídeas y helechos. Frutales como uvilla y mora silvestre. Existen, en total, 36 especies nativas, 15 introducidas y 3 endémicas. Es una rica microflora, aún subsistente dentro del casco urbano.


A nivel de fauna existen conejos silvestres, ratones de campo y lagartijas. Entre las aves, colibríes, gavilanes, tórtolas, tangaras e incluso, la rara presencia de aves migratorias que aparecen especialmente durante el verano.

El Municipio de Quito, a través del FONSAL, ha puesto especial énfasis en la recuperación del patrimonio cultural vinculado a períodos de nuestra historia muy anteriores a la presencia de los españoles, incluso de los incas, en el territorio quiteño. La investigación y puesta en valor del patrimonio arqueológico del Distrito Metropolitano está arrojando nueva luz sobre los rasgos de identidad de nuestro pasado remoto.

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